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Esta obra, repleta de Sabiduría e inmensamente enriquecedora, nos muestra un camino esplendoroso en nuestra búsqueda hacia la paz interior y toca intensamente las fibras luminosas, latentes en cada uno de nosotros. Un libro que tiene el poder de despertarnos para hacernos comprender que la Realización del Ser es posible si tomamos consciencia de que somos La Luz Original… Un libro fascinante que nos llevará a descubrir los secretos de la Iluminación y de la Realización del Ser. Un libro que permite profundizar en nosotros mismos a través de la transformación interior de una mujer que trascendió la Ilusión… Carol de Bowé, escritora y madre de siete hijos, es internacionalmente reconocida por su Sabiduría y su don de sanación. A los 28 años alcanzó la Realización del Ser durante un parto, un nacer libre de todo condicionamiento en medio de la naturaleza amazónica, sin médicos, sin obstetras, solo aferrándose a la fe y al amor de su esposo quien fui que recibió el bebé. El nacimiento fue el vehículo que le otorgó el Gran Despertar y desde entonces enseña al mundo que la Iluminación y la Integración con el Ser Superior se basan en la devoción, la contemplación, la meditación y el equilibrio armonioso de la unión conyugal. Ha desarrollado su genuina síntesis del Parto en Sabiduría, que enseña con especial interés para inspirar a las parejas a dar vida a sus hijos en el amor verdadero, invitando a las mujeres a hacer realidad el parto en armonía con las fuerzas cósmicas del universo. «La Luz Original» es un guía para toda persona que quiere prepararse para el embarazo, para el parto y el nacimiento consciente.

…Esta mujer es de las que no se olvidan: la vida le circula por cada poro, por su sonrisa y su mirada que baila…Victor M. Amela en “La Vanguardia”, España

Acurrucado firmemente en el vientre
manifestaba su ser consciente,
pero ella carente de consciencia
se deshizo de él sin clemencia.
Aunque ella nunca se enamoró de tu mirada,
tú ya eras hechura de la Maternidad Sagrada,
bebé, aunque ella te haya privado de tu risa,
aunque nunca escuchó los latidos de tu corazón,
tú ya eras vida,
aunque te negó la alegría,
tú ya estabas ungido de sabiduría,
aunque nunca te abrazó,
tú ya eras cuerpo,
aunque nunca te amamantó,
tú ya eras de Dios el encanto,
aunque nunca te llamó hijo,
ella sigue siendo tu Madre…,
solo que es la madre de un hijo muerto.

Todos andamos con el alma destrozada pidiendo clemencia a Dios, pero no entendemos que todo el caos empieza en el vientre, en las entrañas, en el Ser Absoluto. Buscamos el Todo pero nosotros nos empeñamos en hacernos pedazos y gozamos del dolor cual mártires al contar mil veces sobre el sufrimiento. Alzamos la voz pero de la revictimización, aguantamos agachadas el maltrato del otro, sucumbimos en la tolerancia del odio y la fecalidad de los insultos.
Con nuestro permiso nos abraza la muerte de los golpes. La traición empieza por nosotros mismos al observar en silencio porque no somos capaces de decir: «¡No! ¡Basta!»
Hasta aquí llegué hoy… mañana será otro tema más, un feminicidio más, un aborto más. La vida empieza en el núcleo del embrión e indiscriminadamente matamos la vida y por ende matamos nuestra humanidad.

Mujer, si tu esposo, tu marido, tu pareja, tu concubino, te es infiel, recoge los retazos de tu dignidad y múdate de cuarto. Así, no serás cómplice de su podredumbre espiritual, porque está violando, manchando, la alianza más sagrada que tiene contigo: el coito, energía sagrada de dónde nacen los hijos.
Si tienes hijas adolescentes, háblales claro del comportamiento de su padre, para que en el futuro no busquen un marido como él.
Rompe, mujer, con el machismo.

Nos rompemos el lomo trayendo al mundo hijos benditos para que la degeneración de la ignorancia les haga sus prisioneros.
No hay razón justa para permitir que el ego haga de las suyas con el recién nacido.
Padres, qué clase de seres estamos criando, al permanecer en silencio ante el acecho de la degradación, cada vez más rápida, más brutal. Ahora tenemos una generación de adictos al celular, adictos a la distracción, porque el morbo lo inyectamos en el cerebro de los infantes desde que nacen: El horror del mundo a la disponibilidad de un clic.
La promesa de amor que hacemos a nuestros hijos se ha roto para siempre porque no defendemos la inocencia, la pureza; les quitamos el sello de la divinidad arguyendo modernidad.
La evolución espiritual está a fojas cero porque no hay expediente literario que nos haga partícipes de la involución al ser; por eso, AHORA compren mi libro «La Luz Original», pan caliente para el alma, y sumérgense en el amor del Ser Superior, para tener el coraje de defender la vieja promesa que traemos enraizado en el Yo-consciente: AMAR.

Todo lo que queremos es ser felices. Pero para ello debemos renunciar a la mentira, a la infidelidad y dar poder al curso maravilloso del amor. Tenemos todo, pero aun así nos cuesta entender que la vida es respirar, así de sencillo.

Mientras cabalgamos en las praderas del odio, la felicidad cada vez se vuelve una quimera, dando pie al dolor, al sufrimiento y a la vejez precoz del alma; sin brillo y sin horizonte vamos en silencio a la ruina. Ellos se creen los machos conquistando cuanta «hembrita» se pone delante, y, ellas se sienten las conquistadoras, yendo a la cama con cualquier «machito», y para colmo de los males, no les acompaña un condón en sus noches de pasión.

La sexualidad es el Santo Grial de la Humanidad, porque la energía se plasma en el vientre a través de la semilla de consciencia, llamada concepción. Así, hombres y mujeres, dejen de actuar irresponsablemente con vuestra energía sexual, para luego no tener que «corregir» el accidente abortando, o tener que lamentarse al contraer enfermedades venéreas.

Varones y mujeres, creadas a la imagen de Dios, dejen de crear hijos que después serán mutilados por vuestros odios.