Acurrucado firmemente en el vientre
manifestaba su ser consciente,
pero ella carente de consciencia
se deshizo de él sin clemencia.
Aunque ella nunca se enamoró de tu mirada,
tú ya eras hechura de la Maternidad Sagrada,
bebé, aunque ella te haya privado de tu risa,
aunque nunca escuchó los latidos de tu corazón,
tú ya eras vida,
aunque te negó la alegría,
tú ya estabas ungido de sabiduría,
aunque nunca te abrazó,
tú ya eras cuerpo,
aunque nunca te amamantó,
tú ya eras de Dios el encanto,
aunque nunca te llamó hijo,
ella sigue siendo tu Madre…,
solo que es la madre de un hijo muerto.